Guadalupe y Calvo.- Decenas de familias indígenas tepehuanes (ódami) de comunidades de Guadalupe y Calvo han visto sus derechos humanos y comunales violados por apenas dos personajes: Cornelio y Aurelio Alderete, quienes han movilizado a sus familias, trabajadores y pistoleros, y actúan bajo el cobijo de las autoridades locales, despojando de territorio, ganado, desplazando familias enteras y agrediendo a menores de edad en represalia por denunciar sus crímenes.
Las comunidades Cordón de la Cruz, Mesa Colorada, Tepozán y Tuáripa están en posesión de 3,500 hectáreas de territorio desde antes del reparto agrario; sin embargo, Cornelio y Aurelio Alderete Arciniega, solicitaron a la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Agrario (SEDATU) la enajenación de dichos terrenos de “propiedad nacional”, asegurando que son ellos quienes están en posesión de los mismos, desconociendo e invisibilizando a las familias indígenas que viven ahí desde hace generaciones.
En julio del 2016 Cornelio Alderete movilizó a sus pistoleros y a su familia para cercar los terrenos de los cuales se considera “dueño”, despojando así a las familias indígenas de sus territorios, cercando caminos y senderos. Se denunciaron formalmente ante la Fiscalía General del Estado (FGE) estos hechos, quedando registrada bajo el caso 19-2016-0031544 en la Fiscalía de la Zona Sur en Parral.
Luego de la denuncia, las agresiones, amenazas y daños a las familias indígenas de las comunidades mencionadas se incrementaron, llegando hasta el punto de que niñas y niños menores fueron agredidos por emisarios de Cornelio Alderete.
Habitantes de Cordón de la Cruz, Mesa Colorada, El Tepozán y Tuáripa, así como habitantes de El Sucepe, comunidad mestiza, se inconformaron ante la SEDATU por la solicitud de enajenación de terrenos nacionales que hizo Cornelio Alderete; asimismo, se denunció ante la PROFEPA, la construcción de un camino de 8 kilómetros y de 6 metros de ancho que atraviesa el territorio indígena, significando esto un cambio de uso de suelo y un grave daño contra el medio ambiente, al haberse talado más de 1,800 pinos, encinos, táscate, madroños y demás vegetación de la región, situación que desde luego no puede quedar impune.
Además, han ejercido diversas amenazas e intimidaciones, en un constante clima de inseguridad para las familias indígenas que con valentía han denunciado los ilícitos mencionados y defienden su territorio y sus posesiones, pues hasta han sido víctimas de robo de ganado por parte de Alderete Arciniega.
Todos estos crímenes se han ejecutado bajo el cobijo de las autoridades locales, pues los Alderete Arciniega tienen parentesco político con el presidente seccional, e incluso, amenazas contra los habitantes de las comunidades, se han proferido con mismos policías municipales destacamentados en Baborigame.
Por todas las agresiones y violaciones a los derechos humanos y comunales de las comunidades indígenas mencionadas, se solicita a las autoridades correspondientes que reconozcan a las y los posesionarios indígenas, y que se castigue a los agresores, así como que se ejecuten las órdenes de aprehensión por los delitos contra los menores, robo de ganado y otros.